Expertos y testigos reclaman una respuesta comunitaria al malestar
La Fundació Els Tres Turons organizó el jueves 14 de noviembre una jornada para conmemorar el Dia Mundial de la Salut Mental en el Casal de Barri La Barraca del Carmel. Con el lema «Salut mental i malestars avui: de l’abordatge individual a les solucions col·lectives», el acto fue seguido por una cincuentena de asistentes presenciales y también vía YouTube. El encuentro se centró en los retos actuales de la salud mental, poniendo énfasis en los derechos, la recuperación y la participación comunitaria como caminos necesarios para un abordaje integral del malestar.
Una jornada de reflexión comunitaria sobre el sufrimiento
La jornada, inaugurada por Alexandra Lara en nombre de la comisión organizadora, contó con una mesa redonda en la que intervinieron Mercedes Serrano-Miguel, trabajadora social y doctora en Antropología Médica; Iñaki García Maza, psicoterapeuta con una larga trayectoria en el acompañamiento de procesos terapéuticos; y Edgar Vinyals, activista por los derechos humanos en salud mental. Lara abrió el acto reflexionando sobre las causas estructurales del sufrimiento psíquico y el papel de la sociedad: «Gran parte del sufrimiento radica en causas psicosociales y económicas que son básicamente estructurales», señaló, añadiendo que no se puede responsabilizar exclusivamente a la persona de su malestar. También trasladó el agradecimiento al Casal de Barri La Barraca del Carmel por acoger la jornada ya los participantes del taller de accesibilidad del Servei d’Inserció Laboral por colaborar en la retransmisión del acto.
«Hay una serie de malestares que pueden surgir del contexto social»
Mercedes Serrano-Miguel centró su intervención en los factores sociales que afectan al bienestar psíquico. Según explicó, la salud mental no puede entenderse sólo a través de la biología ni del modelo biomédico, que a menudo simplifica una realidad mucho más compleja: “Hay ciertos malestares de sufrimiento grave que se hacen más complejos porque hay cuestiones sociales que se suman”, dijo Serrano. Advirtió sobre la influencia del neoliberalismo en la creación de una sociedad que favorece la competitividad y la hiperproductividad, provocando sufrimiento y tendencia al aislamiento. También señaló el peligro de medicalizar problemas sociales y propuso «corresponsabilizarse de los malestares» mediante redes de apoyo y un modelo de intervención social donde los cuidados comunitarios sean centrales.
«El sufrimiento es fundamentalmente psico-social y ha desbordado el espacio clínico y terapéutico»
Por su parte, Iñaki García Maza destacó la necesidad de abordar el malestar desde una perspectiva psicosocial y comunitaria, y no sólo desde la terapia individual. Con 25 años de experiencia en psicoterapia, García Maza compartió su visión sobre la saturación del espacio terapéutico: “El sufrimiento ha desbordado el espacio clínico y terapéutico habitual”, afirmó, insistiendo en que “somos entorno, la persona no puede vivir al margen de su contexto”. García Maza remarcó cómo la precariedad y la desigualdad social agravan el malestar colectivo y, en este sentido, denunció que “la subjetividad capitalista es frágil, no asentada sobre una base de acción comunitaria”. Según el experto, la tendencia a etiquetar y medicalizar el malestar cotidiano hace que la salud mental empeore, desmovilizando a los individuos y limitando su capacidad para identificar las causas estructurales del sufrimiento.
«Mi vida cambió cuando gané capacidad de decisión y de influencia»
Edgar Vinyals compartió su experiencia personal como ejemplo de resistencia al modelo biomédico y psiquiátrico. Propuso una reinterpretación del modelo bio-psico-social que incorpore la historia y los determinantes políticos como factores cruciales para la salud mental: “El sistema no se va a deconstruir solo. Los determinantes sociales de la salud me hablaban de la educación, el ocio, la cultura, pero me faltaba la política y la economía”, apuntó Vinyals. Subrayó la importancia de “tener una voz política escuchada” para transformar la salud mental, destacando que su sufrimiento disminuyó al recuperar la capacidad de decidir sobre los tratamientos y el acompañamiento que recibía.
Cómo negociar la medicalización
En el debate sobre la medicalización del sufrimiento psicosocial, Edgar Vinyals afirmó que el sistema médico distribuye fármacos sin ofrecer opciones alternativas. Vinyals abogó por una gestión colaborativa de la medicación, subrayando la necesidad de acompañar a los pacientes y fomentar un diálogo entre éstos y los profesionales. Mercedes Serrano-Miguel defendió la idea de «negociación» entre pacientes y terapeutas para decidir conjuntamente sobre los tratamientos. «La medicación es una cuestión muy personal», explicó Serrano, insistiendo en la importancia de respetar el derecho del paciente a decidir sobre su propio cuerpo. Por su parte, Iñaki García Maza criticó al sistema de salud por la tendencia a sobrecargar la psiquiatría, donde las visitas pueden durar menos de diez minutos: “Es más caro repartir antidepresivos que fomentar actividades comunitarias”, manifestó.
Alternativas: espacios seguros
Los ponentes coincidieron en la necesidad de crear espacios de soporte mutuo y redes de cuidados para ofrecer alternativas a la institucionalización ya la solución biomédica tradicional. García Maza subrayó la importancia de “la autoorganización y la politización de los cuidados” como vías para reforzar el empoderamiento y evitar la desmovilización de las personas. También insistió en que la escucha activa y la construcción de vínculos son esenciales para el bienestar psicosocial. Vinyals añadió que el apoyo comunitario permite fortalecer la salud mental colectiva, destacando el feminismo y otros movimientos como modelos de autoorganización útiles en este proceso.
Clausura
Marisa Rosa, presidenta de la Fundació Els Tres Turons, cerró el acto agradeciendo la organización a la comisión de trabajo comunitario y remarcó la necesidad de colectivizar los malestares para encontrar soluciones. Rosa compartió la reflexión de Iñaki García Maza sobre el contexto actual: «Vivimos inmersos en contextos de aceleración y autoexplotación que el propio sistema nos impone, y es en estos espacios donde debemos empezar a cuestionar estas realidades». También destacó la importancia de construir una red de apoyo que ponga los cuidados y la interdependencia en el centro. Así, concluyó la jornada con un compromiso para seguir impulsando espacios de debate y acompañamiento que permitan afrontar el malestar desde un enfoque colectivo y solidario.