Según los datos publicados en el Informe INSOCAT 17 (Entitats Catalanes d’Acció Social. Abril 2024), la agudización de las situaciones de pobreza extrema y el descenso generalizado en la calidad de vida de las clases medias es un hecho constatado en Cataluña , como demuestra el análisis y evolución de los datos desde 2008. Una cuarta parte de la población de Cataluña está en riesgo de pobreza o exclusión de forma sostenida en los últimos quince años. Estar en situación de pobreza impacta negativamente sobre la salud orgánica y mental, pone en riesgo de recibir violencias y discriminación a personas adultas y niños, y es una situación injusta en términos de igualdad de oportunidades y justicia global que afecta a toda la sociedad.
El creciente desequilibrio entre los ingresos y los costes de la vida en un contexto inflacionario en el que cada vez cuesta más acceder a los alimentos, a los suministros energéticos y, sobre todo, a la vivienda, implica una vulneración de los derechos de ciudadanía y está afectando a la salud física y mental de las personas, especialmente de aquellas donde se entrecruzan varios ejes de discriminación, provocando desánimo e impotencia.
«Cuando vives en la pobreza extrema, estás atrapado en un complejo sistema de relaciones de poder y dominación. Necesitamos adoptar un enfoque sistemático para mostrar cómo estas diferentes vertientes interactúan entre sí». (Consulta sobre el tema del 17 de octubre, Foro para la Superación de la Pobreza, marzo de 2024).
Los malos tratos sociales e institucionales destruyen nuestra dignidad. A menudo te hace sentir débil porque pones toda tu energía en hacer algo y no ves los resultados. Es algo que divide» (una persona en situación de pobreza).
«No se nos ve como familias que necesitan ayuda o apoyo, sino como padres que han fracasado. No se tienen en cuenta nuestras condiciones de vida. Esta percepción del fracaso distorsiona las relaciones entre padres y profesionales y se convierte en un pretexto para reproducir la dominación de las instituciones sobre los padres» (seminario europeo «Construir un futuro sin pobreza para los niños: padres y sociedad juntos», noviembre 2023).
La salud mental implica poder ser reconocido como persona con valía propia, con derecho a la vida en las condiciones suficientes para poder vivirla. La pobreza no permite estas condiciones y, por tanto, hay que combatirla si aspiramos a promover la salud mental de las personas.
Desvincular el sufrimiento mental y emocional de las condiciones materiales para la vida es un riesgo demasiado grande para sociedades que aspiran a la inclusión y la equidad.